En la UPC (Universidad Politécnica de Cataluña), campus norte, existe unos jardines conocidos como Torre Girona , un bosque con arboles centenarios y edificios donde antaño existía un convento y una iglesia. Parcialmente saqueado durante la guerra civil, hoy albergan distintos las instalaciones de la universidad. Pues bien muy pocos trabajadores conocen el secreto que se guarda tras el altar de la antigua iglesia. Tras una pesada lapida se encuentra el acceso a una cripta subterránea. La entrada estaba destinada a depositar los féretros y cumplimentar a los difuntos y se abría en contadas ocasiones y no para todo el mundo, afortunadamente en ese periodo tan convulso de nuestra historia los saqueadores no la pudieron encontrar porque al margen que esta perfectamente camuflada, no presenta signos externos que identificara el lugar.
Pero lo que resulta aun más sorprendente es un segunda entrada perfectamente disimulada en una columna de gran tamaño detrás de donde se supone estaba situado el antiguo órgano. Una puerta casi imposible de encontrar que esconde la una tortuosa escalera de caracol que conduce directamente a la antesala de la cripta.
Una sala amplia con distintos cuadros, escenas bíblicas y figuras de ángeles y demonios esculpidos en los capiteles. Abriendo la cancela de una verja modernista, entras en una nueva estancia con sarcófagos en piedra en y paredes repletas de nicho donde se almacenan a distintas alturas ataúdes con oratorios estratégicamente repartidos.
Elegimos la primera de las cuatro puertas que se presentaban ante nosotros y nos internemos en una nueva sala, los féretros de piedra colgaban de las paredes como pequeños balcones había cajas bien labradas de mármoles y de granito, por las inscripciones y la calidad de los grabados dedujimos que se trataba de familias muy pudientes de Barcelona.
Antes de regresar a la superficie decidimos explorar la que seria la cuarta estancia contenía osarios. Pero los murales pintados alusivos a la muerte, infierno, purgatorio y paraíso eran verdaderamente terroríficos y a la luz de la fantasmal luz de la linterna adquirían una horripilante realidad.
Hasta aquí llego nuestro valor desandemos el camino andado y delante de la maquina de café y con la cara descompuesta permanecimos en silencio, roto por alguna incoherencia. Desde entonces no repetí mi aventura y mi compañero, pocas veces saco la conversación.
Han pasado casi 12 años de estos sucesos y desconozco si se han exhumado los cuerpos o han edificado en ese lugar, pero siempre me queda la duda de las dos estancias que no exploremos que secretos guardarían. Lo asombroso es la magnitud de lo edificado y especialmente que mientras la iglesia era de a lo sumo del siglo XIX, lo observado podía pertenecer a distintas épocas, las más tardías quizás del siglo XV. ¿estaría edificada este recinto sobre otro más antiguo?, un misterio que seguramente nunca aclarare.
Un saludo.
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